El pasado jueves 30 de marzo, visitamos "Subbética Ecológica" en Cabra, con nuestro alumnado de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato de las asignaturas de Economía, Cultura emprendedora y Ciencias de la Tierra.
Subbética Ecológica es una asociación de productores y consumidores de productos de agricultura ecológica, conformada por más de 400 socios en la actualidad, y que se rige para su funcionamiento por los principios de la Economía del Bien Común. Es una empresa pionera en este modelo económico puesto que es la primera empresa andaluza en ser auditada y la primera agroalimentaria de España; todo un referente y a un paso de casa.
A nuestra llegada al ecocentro, sede de la asociación, nuestros alumnos y alumnas recibieron una charla informativa acerca de los principios de la Economía del Bien Común. Marián Martínez, técnico de Subbética Ecológica, nos ofreció una concienzuda explicación de cómo esta empresa los aplica en su día a día para alcanzar los objetivos perseguidos, teniendo como máxima el bienestar de las personas y que el beneficio económico revierta directamente en el ámbito local o comarcal. Para lograrlo son necesarios valores como la transparencia, la honestidad, los precios justos, el bajo impacto ambiental, la participación o la coherencia, entre otros.
Posteriormente conocimos con detalle el ecocentro y sus instalaciones, a la vez que pudimos degustar las naranjas de uno de los productores socios. Y como colofón a la mañana, nos fuimos a conocer de primera mano la huerta de Fran y Susana, dos jóvenes agricultores socios productores de la asociación. Allí, además de conocer una huerta tradicional de Cabra y disfrutar de un magnífico rato al aire libre, conocimos algunas de las técnicas de cultivo empleadas en la agricultura ecológica, como la rotación de cultivos, el compostaje de los propios residuos de la huerta, el empleo de lucha biológica de plagas, el mantenimiento de la cubierta vegetal para evitar la erosión, etc. Además, como era su día de reparto de cestas, comprobamos in situ cómo los consumidores acuden directamente a la huerta a por sus productos, asegurándose así de la frescura de los mismos, su calidad y, lo más importante, creando un vínculo con las personas que les proporcionan su alimento, sin intermediarios de por medio.
En resumen, con esta visita comprobamos que otro modelo económico y otro mundo más humano, justo y sostenible son posibles.
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