Al final
hemos quedado todos en que ha sido un “día de perros” a pesar de
no haber llovido mucho, y ahora os explico...
Primero nuestra actividad de la mañana,
una de juego de bolos, con adivinanza incluida, si están 28, ¿quién
se olvidó de conectar el despertador esta mañana y se perdió los
bolos? (ver foto y video).
Segundo, nuestras clases (ver fotos)
que no nos faltan, de 14.00 a 17.30. Actividades orales por un tubo,
y que en Priego con profe nativo nos saldrían por una pasta gansa...
la gramática y el vocabulario se la puede uno estudiar en cualquier
parte del planeta con acceso a internet, porque hay cientos de miles
de páginas (¿me habré quedado corto?) con ejercicios de ese tipo.
Luego a casa a por la cena. Aquí en
Irlanda se hace de 18.00 a 19.30 más o menos.
Y luego a ver, según palabras
textuales “un viernes por la tarde, a ver unos p.... perros correr”
(transcribo lo que oí). Las carreras de galgos son parte de la
cultura de este país para jóvenes y mayores. Lo más gracioso del
caso es que luego no querían irse, claro, con el ambientazo que había allí (ver último video). Menos mal que me parece que
además de pasárselo pipa, están aprendiendo. A veces abren la boca
más de la cuenta, pero en el fondo son tan buenos chicos y chicas,
con tan buen corazón, que damos por bien empleados estos días de
principio de nuestras vacaciones que estamos compartiendo con ellos y
ellas, viéndoles ser casi unos adultos, apreciando cómo se adaptan,
cómo aprenden a comer hasta lo que no les gusta... en fin que se
están haciendo unos hombrecitos y unas mujercitas con “dos dedos
de frente” que saben estar a la altura de las circunstancias, y que
saben desenvolverse en el extranjero casi mejor que en su casa. Esos
chicos que han suspendido el inglés y que saben decir “sorry” y
“please” y “thank you” cuando han de hacerlo, una pena no
hubiésemos viajado antes de las notas... una alegría que vuestros
hijos e hijas sean tan apañaos/as. Enhorabuena por ellos y ellas
porque nos los llevaríamos al fin del mundo.